viernes, 25 de enero de 2013

Una habitación propia

En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre la mujer y la novela. Como resultado de dichas conferencias, se publicó un año después, Una habitación propia. Es un ensayo en el que responde a la pregunta ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Para Virginia era esencial la independencia económica y personal, es decir, contar con una habitación propia. Hay que destacar que en aquel entonces, hacía nueve años que la mujer podía votar y aún quedaba mucho camino por recorrer.

Aquí copio algunos párrafos esenciales (perdón por la traducción española):

"La libertad intelectual depende de cosas materiales. La poesía depende de la libertad intelectual. Y las mujeres siempre han sido pobres, no sólo durante doscientos años, sino desde el principio de los
tiempos. Las mujeres han gozado de menos libertad intelectual que los hijos de los esclavos atenienses. Las mujeres no han tenido, pues, la menor oportunidad de escribir poesía. Por eso he insistido tanto sobre el dinero y sobre el tener una habitación propia".

"Espero que encontréis, a tuertas o a derechas, bastante dinero para viajar y holgar, para contemplar el futuro o el pasado del mundo, soñar leyendo libros y rezagaros en las esquinas, y hundir hondo la
caña del pensamiento en la corriente".

"De modo que cuando os pido que ganéis dinero y tengáis una habitación propia, os pido que viváis en presencia de la realidad, que llevéis una vida, al parecer, estimulante, os sea o no os sea posible
comunicarla".

"(...) hacer este trabajo, aun en la pobreza y la oscuridad, merece la pena".

Y hoy que releía su documento, reflexioné algo muy importante: creo que yo ya tengo mi habitación propia.

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