sábado, 8 de junio de 2013

Saludos inesperados

Hoy al mediodía mi "smartphone" (que de inteligente no tiene mucho) me avisó que alguien me había mencionado en el Twitter. Cuando por fin el aparato dejó sus lentitudes y pude revisar, salté de donde estaba. Sentí una felicidad de extraña categoría. Una que solamente había sentido justo hace un año, el 1 de junio de 2012 cuando la escritora y periodista española Rosa Montero me escribía de vuelta en el Facebook.

Me da vergüenza revelar aquí aquel mensaje privado que le envié a ella. Pero sí me atrevo a resumirlo: Acababa de decidirme por ejercer el periodismo de manera independiente para poder escribir ficción de tiempo completo. En ese entonces yo leía "La loca de la casa", un libro escrito por Rosa, muy emocional, acerca de la necesidad que algunos tenemos de escribir. Me aventuré a preguntarle acerca de un taller de escritura en el que participo y del giro que estaba a punto de darle a mi vida. Para mi sorpresa, me respondió.

Ahora que la leo y me leo, me asusta la ingenuidad con la que le compartía algo tan importante. Todavía resolví algunas cosas antes de tirarme al agua. En diciembre de ese año renuncié.


Todo esto lo recordé porque hoy, como lo decía al principio, sin buscarlo, Guillermo Sheridan (escritor mexicano) me saludó en el Twitter.


Así, visto de lejos, no parece que las palabras de ambos sean la gran cosa, pero yo las siento como palmaditas en la espalda. También sé que no las necesito para continuar escribiendo y tomar mis propias decisiones, pero es que se sienten tan bonitas...