Enfrente de ellas, en este pasillo en el que escribo, una estantería metálica sostiene siete macetas coloridas: maranta roja, romero, claveles corintos, begonias, splash rosada, aloe y una enredadera de hojas picudas. Más allá, a mis espaldas, y guardado como un dulce secreto, un palo de limón empieza a florecer.
Este nuevo año mi vida está pintada de amarillo y verde, y tiene un intenso olor a romero, cítricos y tierra mojada. ¿A qué huele la tuya?